Rescatemos la política
social
Jesús Omar Almanza
Galván
Hablar de política, es
opinar sobre lo que nos preocupa como sociedad: el desempleo, la pobreza, la
desintegración familiar, la delincuencia, las drogas, la inseguridad y derechos
sociales; no solamente de partidos políticos, de funcionarios públicos, del
poder político o del Estado.
Desconocemos muchos
aspectos de la política, como lo es la historia política mundial, el desarrollo
político de nuestro país, el origen y la evolución de instituciones políticas y
las relaciones actuales de la política con la sociedad, la economía, la
cultura, la ciencia, las leyes, la tecnología, la religión, los medios de
comunicación y la calidad de vida de los trabajadores.
Es más, bajo el
prejuicio de que no debemos hablar de política, muchos ciudadanos no
desarrollamos nuestra consciencia política y no ejercemos nuestros derechos
políticos como los de votar, el de ser votados y el de asociarnos para resolver
problemas sociales.
Por falta de criterio
político, desconocemos los fines de las instituciones públicas y las políticas
que deben implementar, así como las bases teóricas y legales que las sustentan
y los principios fundamentales que deben regir a quienes en ellas laboran, y
con ello como parte o beneficiarios de ellas, contribuimos a que sufran crisis
económica o administrativa, corrupción, y deficiencias en los servicios que
brindan, inclusive a que desaparezcan, aunque también existen instituciones con
sentido público que no pueden desaparecer como las que imparten justicia, las
educativas y las de salud.
En México sufrimos un
retroceso histórico, muy marcado en los últimos cinco lustros, mismo que es
evidente en las contrarreformas a nuestra Carta Magna, el crecimiento de la
deuda externa, la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores, la
privatización de empresas públicas, los índices de desempleo y emigración,
entre otros aspectos que pueden avalar específicamente economistas, sociólogos,
psicólogos y politólogos.
Hablar de política, es
también buscar soluciones a los problemas sociales, por eso debemos rescatar
una política social que atienda las necesidades de la clase trabajadora y que
fomente las acciones y la organización que hoy por sobre vivencia requerimos,
frente a la política neoliberal que nos ha llevado a una democracia ajena a
elevar constantemente la calidad de vida del pueblo mexicano.
Los privilegios de
unos cuantos, no justifican las carencias de muchos. Con el impulso de una
política teórica y práctica social, retomemos el camino de construir una
sociedad cada día más justas; hasta la madre naturaleza nos lo pide a gritos, a
través del absurdo sobrecalentamiento del planeta, generado por la globalización
económica capitalista.
Por lo menos no
dejemos de votar por el menos peor, en cualquier elección que debemos votar.
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