9 mar 2010

LEYENDAS




Terútseme P'urhépecheo, karákua ka uandákua Etsakutarakuarhu. Ixu jucha etsakuasïnga juchari pirékua uenekuechani, P'indekuechani, Eratsekuechani ka iamendu sesi ambe irekakua ka jurhenkorekua juchari iondki anapuecheri kaxúmbetiicheri ka Petámuticheri. Jue je sani miteni Nana Kuerajperi ka Tata Kurikaueri ambe. Juechkanderhu je iamenduecha P'urhé Jarhoajperakuani uni ixu.

Bienvenidos P'urhépecha. Rescatamos, promovemos y preservamos nuestra cultura, lenguaje y todo lo que nos dejaron como herencia y conocimiento nuestros antepasados. Promovemos a las nuevas generaciones, a nuestros jovenes, a que mantengan y desarrollen su identidad étnica y cultural, que conozcan la cosmovisión, valores, espiritualidad, lugares sagrados, de culto y rito, y las celebraciones y costumbres apegos a nuestra cultura.


MARIA KACHACHA
(PARACHO)

Era una muchacha huerfanita, y nadie la quería. Vivía en Paracho Viejo y,como no había agua, la tenía que traer de Aranza. María andaba muy cochina y nunca se peinaba. A ella la mandaban por agua, pues la veían comoa una sirvienta. El agua la traían en cántaros, y María tenía que hacer dosviajes, uno en la mañana y otro en la tarde. A María siempre la andaban regañando, ya fuera porque llegaba pronto o porque se tardaba. Esto era porque a las huérfanas no se las ve bien. Una de las veces que iba María por agua salió un pajarito y le roció la mano con agua, pero María no hizo caso y siguió su camino a Aranza. Así le sucedió otra vez, y a la tercera vez María se asomó a ver de dónde salía el pajarito que le rociaba agua y vio que había un ojo de agua del cual esta nacía. Entonces María ya no iba hasta Aranza, sino que sacaba el agua de esa parte. Y desde esa vez ya daba tres vueltas, en vez de dos. La gente del pueblo empezó a notar que acarreaba agua más veces y que no se tardaba como antes. La espiaron y descubrieron de dónde sacaba el agua. Fueron y le dijeron al sacerdote lo que pasaba, y él dijo que arreglaran bien a María, que la peinaran y la bañaran y la llevaran al ojo de agua yla arrojaran allí y la dejaran para que se muriera. Y así lo hicieron, y desde entonces no faltó el agua, y allí trasladaron a Paracho. Existe la creencia de que si se arroja un alma al lugar de donde nace el agua, nunca faltará.

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