Escribir es una manera de liberarse de ciertas angustias, fantasmas o problemas con los cuáles la vida sería un puro tormento. Ahora, lo que es interesante es que cuando la literatura tiene éxito enriquece la vida de los lectores, es algo generoso y positivo. Pero muchas veces eso nace de la desesperación, del hambre, de la frustración o de pasiones muy negativas como pueden ser el odio y el resentimiento; pero si el resultado es positivo, enriquece la vida, no la empobrece.