25 ago 2012

TIEMPO CUMPLEAÑOS


TIEMPO ... CUMPLEAÑOS
Cornejo online
 

QUE LO DISFRUTEN SE VALE LLORAR       Martes, 30 de Marzo de 2004 02:26:30 p.m.

 

Recuerdo que todos los años la abuela colgaba un calendario en la cocina, al que había que desprenderle diariamente la hoja del día transcurrido.

Mis hermanos y yo nos peleábamos por ese derecho, pues al reverso contenía un pensamiento o alguna broma. Me impactaba ver cómo se iba adelgazando conforme pasaba el año, pues pensaba que así ocurría con nuestras vidas. Queramos o no, cada día que transcurre estamos más cerca de la muerte.

Esta experiencia me hacía reflexionar, especialmente cuando celebraba mi cumpleaños y mi razonamiento es bastante sencillo. Primero, por razones lógicas en Latinoamérica, el promedio de vida va de acuerdo con el nivel socioeconómico: quien posee más recursos, tiene mayores posibilidades de sobrevivir. Bajo este supuesto, mi probabilidad de vida es de 80 años; si multiplico mis años por 365 días, tengo 29 200 días de vida posible, a menos que sufra antes un accidente.

Si hoy cumpliera 50 años, esto significa que ya he vivido 18250 días y me restan por consumir sólo 10950 y al igual que en el calendario de la abuela, nada más me quedan por arrancar 10950 hojas de mi calendario existencial. Me imagino que el día en que nací, me dejaron junto a la cuna una chequera con 29 200 cheques.

Diariamente tengo que desprender uno. Del cheque de hoy me pregunto: ¿Qué hice con él, lo invertí ó lo gasté? ¿Perdí mi tiempo inútilmente o en verdad lo aproveché? Llegué a la conclusión de que el tiempo es el recurso más valioso del ser humano, y además no es renovable. No podemos hacer nada con el tiempo perdido; no lo podemos recuperar y además nadie nos puede garantizar que mañana vayamos a existir. Sin ser pesimista, de algo sí estoy cierto, "me voy a morir". Siendo el final inevitable, me cuestiono: ¿Cómo debo aprovechar el tiempo? Viviendo intensamente el presente.

A diferencia del calendario de la abuela, con sus mensajes al reverso de cada hoja, yo debo redactar, al final de cada día, qué hice con él: ¿Logré superarme? ¿Amé? ¿Disfruté? ¿Evolucioné? ¿Podré decir hoy soy mejor que ayer, o gasté el día sin sentido? El tiempo permanece, somos nosotros los que pasamos

Cuando recuerdo que la creación tiene 5 000 millones de años y las civilizaciones solamente 10 mil años (o sea, el 0.002%), y dentro de ese contexto mi vida probable es de sólo 80 años, me doy cuenta de que sólo soy una lucecita más en el infinito. Mi existir es una milésima parte en la eternidad. Me vuelvo a cuestionar: ¿Cómo he de vivir? Con pasión, entregándome plenamente a lo que creo; si la vida es tan breve, no puedo darme el lujo de ser un mediocre. El tiempo no se puede atrapar, mucho menos almacenar; nuestra existencia transcurre a gran velocidad y, de pronto, nos percatamos de los pocos cheques que nos quedan.

Hoy pienso celebrar mi cumpleaños con todos los seres que amo.

Y pensando en el mensaje que les quiero dar, además de agradecer su presencia, les diré que hoy debemos vivir, no como el último día de nuestra vida -corro el riesgo de que algunos se depriman o salgan corriendo a realizar lo que debieron haber hecho antes, pues Dios perdona y el tiempo no- , sino como el primer día del resto de nuestra vida.

Vivamos intensamente cada segundo, cada minuto, cada hora. Demos lo mejor a la vida para que la vida nos entregue lo mejor.

 
 
 

 
 

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